Más allá del concepto romántico que tengas del corazón como la fuente de los sentimientos y las emociones, es un órgano vital y necesitas cuidarlo para mantenerlo sano.
Karina R. Chiw
El corazón es de los más importantes de nuestro organismo. Es el motor que mueve la sangre para llevar los nutrientes y el oxígeno, y eliminar los desechos de nuestro cuerpo. Está formado de músculo que le permite trabajar sin ningún tipo de estímulo externo, “es a través de él que podemos estar vivos, es el único órgano que en todo momento trabaja hasta que morimos”, comenta el doctor Enrique Martínez, Cardiólogo Electofisiólogo, Miembro de la Sociedad Europea de Cardiología. Junto con los vasos sanguíneos, forma parte de nuestro sistema cardiovascular. Para llevar a cabo su trabajo, necesita de un sistema de arterias y venas (circulación coronaria) que le provee de un suministro de sangre rica en oxígeno.
Los riesgos
Existen trastornos que pueden afectar el funcionamiento del corazón y pueden surgir como consecuencia de defectos congénitos, infecciones, estrechamiento de las arterias coronarias, tensión arterial alta o trastornos del ritmo cardiaco (como la fibrilación articular, una arritmia cardiaca cada vez más frecuente). Aunque algunos de éstos problemas son resultado de factores ajenos a nosotros, otros si podrían ser causados por malos hábitos en nuestro estilo de vida.
Los trastornos del corazón son responsables de mayor número de muertes que cualquier otra enfermedad en los países desarrollados.
Principales factores de enfermedades del corazón
- Fumar: de acuerdo con investigaciones de la Clínica Mayo www.mayoclinic.org, fumar contribuye en gran medida a la enfermedad cardiovascular que incluye trastornos como cardiopatía coronaria y ataque cerebrovascular.
- Presión arterial elevada: suele no tener síntomas, pero puede causar problemas serios tales como derrames cerebrales, insuficiencia cardiaca, infarto e insuficiencia renal.
- Colesterol alto: la formación de depósitos de colesterol y otras sustancias en las paredes internas de las arterias bloquean el paso de la sangre y ocasionan graves enfermedades.
- Estrés: la secreción constante de adrenalina daña todos los sistemas del organismo.
- Exceso de peso: esfuerza demasiado el corazón y arterias e incrementa el riesgo de diabetes, presión arterial alta y enfermedades del corazón. Sobre todo, si se acumula en la región abdominal.
- Antecedentes familiares
- Edad
Las más comunes
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) www.who.int/es/ , la obesidad y sus consecuencias potenciales son uno de los factores principales de riesgo para sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e infartos. Algunas de las enfermedades cardiovasculares más frecuentes son: aterosclerosis, dislipidemias (cuando se elevan los niveles de lípidos en la sangre), la hipertensión arterial, y como consecuencia de todo esto pueden presentarse padecimientos como la insuficiencia cardiaca o producirse un infarto cardiaco, pulmonar o cerebral.
En tus manos
Para prevenir trastornos del sistema cardiovascular no se puede hacer mucho con respecto a los antecedentes familiares o a la edad. Sin embargo, para evitar los demás factores de riesgo, si puedes hacer cambios en tu estilo de vida como:
· Dejar de fumar. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) www.who.int/es/, más personas mueren cada año a causa del tabaco que por accidentes de tráfico, consumo de heroína, SIDA, homicidios y suicidios.
· Hacer ejercicio. Lo ideal es practicarlo 30 o 40 minutos cada día por lo menos 4 veces a la semana.
· Disminuir el estrés.
· Realizarse chequeos médicos. Es importante hacerlo cada seis meses, de esta manera se podrían prevenir o detectar enfermedades de manera temprana, señala el cardiólogo Martínez.
· Tener una alimentación equilibrada. Una mala dieta, puede elevar el riesgo de contraer enfermedades ocasionadas por los altos niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre. Por eso es importante cuidar nuestra dieta diaria. No necesitamos dejar de comer ningún alimento, sólo disminuirlos. “Lo ideal es racionar los alimentos de origen animal elevados en grasa como quesos duros, mayonesa, mantequilla, crema, mariscos, leche entera, huevo, carne de cerdo y vísceras, entre otros; son los que propician una mayor elevación del colesterol”, comenta la nutrióloga Socorro Hernández.
Lo básico
El especialista recomienda “acudir al médico para un examen físico completo aún cuando no estemos enfermos, él nos orientará sobre los estudios de gabinete específicos y de rutina que necesitamos de acuerdo con nuestro caso”, algunos de ellos son:
- Química sanguínea que incluya la obtención de niveles de glucosa en ayunas.
- Determinación de colesterol total y triglicéridos en sangre.
- Biometría Hemática, para determinar nuestro estado nutricional, así como la detección de algunas infecciones o procesos inflamatorios.
- Examen de orina y niveles de creatinina para conocer el funcionamiento de los riñones.
- Electrocardiograma
- Teleradiografía de tórax, para saber qué riesgos potenciales podríamos tener en nuestra salud en general y en especial en el corazón.
Alimenta tu corazón saludablemente
Para lograrlo es necesario cambiar el estilo de nuestra alimentación, algunas sugerencias son:
· Incrementar el consumo de frutas, cereales integrales, leguminosas y alimentos que contengan fibra, ya que tienen un efecto protector contra las enfermedades cardiovasculares.
· Disminuir el consumo de grasas saturadas. De preferencia come quesos frescos, pollo y pavo sin piel, carnes magras, pescado…
· Reducir el consumo de sal, ya que está relacionada con el aumento de la presión arterial. Disminuye el consumo de alimentos enlatados, ahumados, salados, curados…
· Aumentar la ingesta de alimentos ricos en ácidos Omega 3 como espinacas, germen de trigo, pescados azules (atún, salmón, sardinas), semillas, frijol de soya, aceite de canola y semilla de calabaza. Reducen el riesgo de ataque cardiaco al disminuir los triglicéridos y combatir la inflamación.
· Reducir el consumo de alcohol ya que eleva la presión arterial, los triglicéridos y el ácido úrico; además favorece las arritmias cardiacas. Su alto valor calórico incrementa la obesidad.
· Evitar el consumo de harinas refinadas que junto con los azúcares y al vida sedentaria producen un mayor riesgo de la acumulación de la grasa abdominal.
· Cambiar la manera de preparar tus alimentos. Prefiere los estofados, asados, a la parrilla, al horno o hervidos que los fritos o empanizados.
· Incrementar el consumo de alimentos naturales y evitar los procesados ya que éstos contienen grandes cantidades de grasa y sal.
· Modificar las guarniciones si comes en la calle. Prefiere verduras al vapor en lugar de papas fritas. Para tus ensaladas pide que el aderezo venga aparte y prefiere las vinagretas.
Otras recomendaciones
- Evita consumir más de un huevo al día, uno sólo contiene 213 miligramos de colesterol. El límite de colesterol diario es de 300 miligramos.
- Si comes más calorías de las que necesitas, tu cuerpo las convertirá en una forma de grasa llamada triglicéridos.
- Compra un atomizador (“spray”) y llénalo con el aceite para cocinar y rocía los sartenes con un poco, así evitarás utilizar una mayor cantidad.
- Lee las etiquetas de los productos que compras y elige los que contengan una menor cantidad de grasas saturadas o trans, colesterol y calorías.
- Elimina la piel del pollo o el pavo al cocinar. Prefiere carnes magras.
- Come frutos secos (nueces, almendras, etc.) Son ricos en grasas Omega 3 y fibra.
- Desayuna avena. Su fibra soluble disminuye los niveles de colesterol.
- Evita la comida rápida y alimentos procesados.
- Utiliza hierbas y especias para darle sabor a la comida en lugar de sal.
- Reduce en lo posible la grasa de origen animal, vísceras, tocino y embutidos.
- Disminuye el consumo de café y alcohol que favorecen el aumento de lípidos.
- No consumas grasas trans que se encuentran en aceites vegetales hidrogenados (como la margarina), en las galletas, panes y alimentos fritos.
- Usa soya, frijoles, lentejas, champiñones y berenjena como fuente de proteína en lugar de carne para platillos como espagueti y lasaña.
- Utiliza aceites vegetales líquidos de canola, soya y oliva. Pero éste último úsalo sólo en ensaladas. Calentarlo por arriba de 190 grados centígrados hace que se sature y pierda su efecto protector. También puedes rociarlo sobre pan, en lugar de untarle mantequilla.
- Acude al nutriólogo para que determine la diete ideal para ti.
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