Lo que realmente vale la pena en esta vida resulta invisible a los ojos, sólo nuestro espíritu es capaz de identificarlo si aprendemos a caminar y vivir en él.
Si caminamos a ciegas perdemos la oportunidad de disfrutar lo que la vida nos regala. Cada circunstancia, por muy dolorosa que sea, puede traer una enseñanza que nos permita crecer y ser mejores.
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